El cajon de los juguetes

Uno se despide insensiblemente
de pequeñas cosas
lo mismo que un árbol en tiempo de otoño
se queda sin hojas.

Al fin la tristeza es la muerte lenta
de las simples cosas,
de esas cosas simples
que quedan doliendo en el corazón.

Uno vuelve siempre a los viejos sitios
en que amó a la vida
y entonces comprende
como están de ausente las cosas queridas.

Por eso muchacho no partas ahora
soñando el regreso
que el amor es simple
y a las cosas simples
las devora el tiempo.

Demórate aquí en la luz mayor
de este mediodía
donde encontrarás
con el pan al sol la mesa tendida.

Por eso muchacho no partas ahora
soñando el regreso
que el amor es simple
y a las cosas simples
las devora el tiempo.


Hoy he hablado con mi actionman seriamente y parece ser que lo que mejor le puede ir a nuestra relación es dejarla... nos queremos (muchísimo, jamás he querido a nadie como le quiero a él), pero a mí no me hace ningún bien el estar aquí, el seguir con esta situación que no tiene solución, y a él mi estado también le hace daño. No podemos ser felices en nuestra relación si en nuestra vida no lo somos, y yo me estoy amargando cada día más y a él le hago daño de esta manera.

Si no surge un trabajo enseguida, me vuelvo a Europa hacia el 12 o 15 de marzo o después de semana santa, de manera provisional, con la idea de volver en septiembre u octubre a Florida, pero si encuentro un trabajo decente, me quedaré, y será el fin de la relación. No sé si seguiremos con una relación en la distancia, pero lo más probable es que la acabemos y, quien sabe, a lo mejor un día lo podramos retomar, pero como dice la canción, "el amor es simple y a las cosas simples las devora el tiempo". No he dejado de pensar en esta canción desde que he hablado con él.

Esta mañana escribía que después de todo lo malo del transporte y de disfrazarme para la entrevista, que "por lo menos no iba a llover"... pues si antes hablo, antes cae la tormenta del siglo. He llegado a la entrevista empapadito, calado hasta los huesos, porque hacía tanto viento que llovía de lado y el paraguas no hacía nada... (menos mal que yo la cabeza me la seco con un kleenex y hasta me sobra).

¿La entrevista? Pues fue tan corta que no sabría decir... o muy bien o muy mal. El entrevistador era tartaja profundo, y encima en inglés... pero ha sido una ventaja grande porque iba tan lento que le entendía todo.

Pues nada... el sitio está lejos, a 2 horas en transporte público y 20 minutos en coche... de hecho desde casa sería tan fácil como tomar la 95 hacia el norte, de allí enlazar con la Turnpike, tomar la salida a la 595 y está a la vuelta de la esquina... prácticamente una carretera, no tendría que tomar más que 4 ó 5 giros... Pasó algo parecido, sin señor tartamudo, la vez que me hicieron la oferta en Tallahassee, allá por el 2000... así que no pierdo la esperanza (pero a mí, que conste, me apetece un huevo lo de Irlanda).

El sitio es lo más parecido a mi ex-empresa, la que dejé para venirme aquí (negocio familiar, editorial especializada -en este caso nada de historia de la España facha. Estos publican música... partituras y métodos de aprendizaje-). Y está al lado de uno de los dos Waffle House de Broward (sí Emilio, donde desayunamos el otro día... pues enfrentico justo).

Así que por joder en lo del tranporte, en lo del tipo de empresa y en la dieta (no voy a poder resistir la tentación de tomarme un delicioso Texas cheestake o un Pecan Waffle de vez en cuando), seguro que me contratan...


Hoy, por cierto, he visto el campus universitario (FIU Pine, en Broward) más mínimo que os podais imaginar... ¡no tienen ni cafetería!

Y por si fuera poco hoy va Haloscan y falla... no es que ya me importe nada demasiado en esta vida cibernetica, se que es efimera como el logotipo de una olimpiada, pero paa una alegria ue podia tener en el dia de hoy, va y se escacharra. Pues mira, me voy a poner en plan vengativo y voy a pasar de acentos y demas coñas...

En fin, ayer por la tarde fue de ordago. Tuvimos sesion privada de terapia de pareja mi actionman y yo, diciendonos verdades como puños y llenandonos de remordimientos, culpabilidades y demas sentimientos de esos; pero, como buen acto de comunicacion, resulto muy positivo. Luego me acoste prontito, despues de haberme tomado unas melatoninas y me pude dormir enseguida (el casquete tambien ayudo, imagino) pero a la 1:45 me desperte y desde entonces llevo despierto. Me he pasado la noche enterita un libro muiy malo pero divertido sobre la telebasura en España, y recordando programas como La mansion de los plaff, Destino Pluton... y otros muchos. El autor nacio en el 66 y segun iba yo leyendo pensaba "um, este tiene que ser jovencillo, mas o menos de mi generacion"... dios mio, y luego me doy cuenta de que 38 o 36 no es precisamente jovencillo, y que en el año en que este señor acababa de escribir el libro yo empece en mi primer trabajo. Esto es, por supuesto, capaz de joderle el insomnio al mas pintado.

Mas cosas, pues esta tarde tengo otra entrevista... esta vez la entrevista es a las 2:30, pero gracias al maravilloso sistema de transportes que descansa a las horas de comidas -el trirail (que no tiene mas que un tren por hora en cada direccion) para a las 12 y no reanuda el servicio hasta las 2:15-, me voy a pasar una hora y media de espera -no se si en la estacion o en la zona en que es la entrevista- sin mucho mas que hacer. Seran hijosdeputa! Me encanta que el unico tren de cercanias pare para comer, como si los habitantes de las tres "ciudades" mas grandes de Florida tuviesen todos el mismo horario... asi que si tienes turno de tarde te joden la vida y tienes que perder una hora y pico de tu vida miserablemente. Cabrones. Si me dan el trabajo, tendre que salir de casa a las 6:15 para entrar a las 8, y tomar dos autobuses y un tren cada vez... amen de por supuesto, perder tiempo miserablemente, porque el autobus pasa por la estacion justo media hora despues de que se vaya el tren...

Por lo menos no me llovera, con este puñetero calor que hace hoy (y son solo las 7)

Bueno, chicos, que tengais un buen dia...

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Un par de horas mas tarde

Pues casi las 10; ya me he disfrazado con pantaloncito claro, camisita de algodon egipcio en bonito tono azul clarito, y corbata azul oscuro... y dentro de 10 minutosa salgo hacia la parada del 77, de alli bajar hasta la 79, hacer transbordo en el bus L y apearme en la parada del tren, alla bien lejos que la han puesto los kiserables estos. Una vez en el tren, bajarme en FortLauderdale, y ya no se si tomar el primer autobus hacia el sitio de la enrevista y pasearme por los desiertos industriales o esperar en la estacion, que la conozco y en la que no hay ni una cafeteria, hora y veinte minutos hasta que llegue el autobus que me ha de dejar mas o menos a la puerta del edificio donde se desarrollara la entrevista, porque una vez alli todavia me queda esperar media hora...

el señor que planeo los transportes en Florida estaba mal de la cabeza, pero no nos podemos quejar, en un estado en el que no hay impuestos, deberiamos estar muy agradecidos de tener un autobus, tren o metro que pasa cada hora...

En fin, y a la vuelta, en lugar de tren, etc, me voy en el mismo autobus direccion Aventura (no, no me voy alegremente a la aventura, es una ciudad al norte de Miami) y de alli otro bus hasta miami shores... total, debe andar por las 3 horas de bus. Me llevo un libro inmenso que seguro que me dara tiempo a acabarme hoy...

lástima no tener mas entrevistas asi, me cultivaria tantisimo!...

No hay nada como empezar el domingo con un ataque sorpresa bien respondido... sobre todo si viene de quien tiene que venir.... y no digo más.

Ay que ver lo buenísimos que sois, que sabiendo lo que me gusta a mí el buen tiempo (frío, nieve, lluvia y demás) no me decís nada del tiempo en España, para que yo no sufra hoy mientras estoy en la playa...

Lo dicho, hace calor de ir a la playa y pasarse allí el día entero. Mi Actionman quiere ir y tirarse en la arena como si fuera un guiri (bueno, un poco guiri sí que es) e imagino que no me queda otro remedio que ir con él.

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Por cierto, ayer estuvimos en un parque maravilloso en el que había un cartel de "Atención: cocodrilos". A mi los aligators me dan canguis (esas bocas grandes como la de Maria Luisa Seco -la pobre- o María Abradelo... esas dentaduras perfectas), pero lo de los cocodrilos ya es pánico. Desde que vi el cartel, no hacía más que imaginarme grandes cocodrilos de 5 metros saliendo de cualquier recodo. Aún así, disfrute del paseo, y es que Greynolds es de los sitios más bonitos de Miami.

Eso, sin palabras ese va a quedar mas de uno o una cuando empiece a decir que estoy empezando a responder anuncios de trabajo en mi querida vieja Europa... que imagino que estando aqui­ voy a tener todas las desventajas del mundo, pero a mediados de abril, que esta a la vuelta de la esquina, tengo que dejar de nuevo este "maravilloso pai­s", asi­ que, ¿por que no intentar trabajar alli­, aunque se de manera temporal? Y, bueno, si el trabajo merece la pena, temporalmente durante un anyo o dos...

Se que he vendio aqui­ con un suenyo, que es el de estar con mi pareja, pero no depende solo de mi o de el­... hay leyes que no me permiten hacerlo como pareja suya, hay leyes que no me permiten quedarme aqui­ mas que un determinado tiempo, hay empresarios a los que no les interesa esperar unas cuantas semanas a tenerme trabajando para ellos...

A veces creo que el venirme aqui­ en el momento en que lo hice fue un error tremendo... si­, vale, mi trabajo en Madrid era insoportable, pero yo hubiese esperado un poco mas (a ver, como lo explico sin explicarlo... habia un plan A que no podia fallar y que fue por lo que me vine, pero la parte 3 del plan A fallo estrepitosamente... bueno, los que fueron a la reunion bloguera de octubre saben de que hablo) y, bueno, tambien pienso que mi manera de ser no encaja en este sitio y... tantas cosas.

Y claro, esta el gran dilema... se que lo que mas quiero ahora es, todavi­a, estar con mi Actionman, pero se tambien que lo que no quiero es vivir en Miami... En definitiva, que es mas que posible que me quede en Europa un tiempecito antes de volverme a las Americas, y no es que quiera estar separado de el, pero tampoco quiero estar aqui­ deprimido y amargarle la vida de esta manera, asi que me parece que lo mejor va a ser quedarme por alli­ un tiempecito.

Lo dicho, que quien me entienda que me compre. Me doy baratito. Gran oferta de fin de temprada.

(por cierto, mal dia eligio blogger para fallarme con los acentos y las enyes)

(por cierto-2-, estoy hasta las pelotas de los gilipollas de los vecinos haitianos que se pasan el puto dia oyendo esa mierda de hip-hop, y lo unico que se oye, por encima de la propia musica de uno, es el bajo machacon... pumpum pum pumpum pum... hasta las pelotas me tienen)

Me he enterado que le molo a dos señoras fabulosas... y fijaos, yo toda mi vida sin darle importancia a las señoras... (bueno, excepto a Jacklyn Smith cuando era un crío).

Acabo de leer el último post de Carmen, acerca del funeral de la Tante Beth, y me he acordado del pedo m'as tonto que me he agarrao nunca... me tuve que hacer una vez una ecograf'ia de la cosa urinaria, pero nadie me hab'ia dicho que ten'ia que ir con la vejiga llena, as'i que yo, antes de salir de casa, solt'e mi chorreadita pis y me fui para la prueba m'as contento -y tranquilo- que unas pascuas. Cuando llegu'e a la consulta, la enfermer'a me preguntó por mi vejiga y claro, me dijo que tenía que beber mucha agua... pero que si me gustaba la cerveza, con un par de ellas se llenaba la vejiga que daba gusto, así que me bajé a la calle y me puse a buscar un bar para tomarme un par de cervezas... legué, me tomé mis ds cañas y... la cosa la sentía vacía todavía, y como me daba vergüenza pedir otra caña, me fui a otro bar, así que me pedí otras dos cañas... y nada, que la vejiga dichosa la sentía yo vacía... así que me fui a otro bar y me tomé otras dos cañas.

En el preciso momento en el que volví a la consulta, como que la cosa se puso fea, porque la vejiga se llenó de golpe, y yo tenía unas ganas inmensas de mear, y le decía a la enfermera: señorita, que es que como no me coja el doctor ahora mismo me lo hago aquí mismo, de verdad, que está a punto de salírseme y no lo piuedo aguantar más... y ella me decía que esperase, que yo era el siguiente... y diez minutos y lo mismo, que esperase... y yo dando vueltas por el pasillo de la consulta, dando botecitos, juntando los muslos como un niño de tres años, y la señorita enfermera diciéndome que todavía no, que yo era el siguiente pero que esperara...

En cuanto la eco estuvo echa, salí pitando a mear y en cuanto volví me comentó el doctor que pensaba que me lo hacía allí mismo y que tenía una buena prostata, porque mucha gente se acababa meando en la camilla...

Luego, al salir de la consulta es cuando me di cuenta de que hacía eses al andar y, claro, caí en la cuenta de las seis cañas (¿o fueron 7?) que me había bebido por prescripción facultativa.

Aaaaayyyyyyyyyy

El viernes tengo una entrevista de trabajo en Tamarack, en el condado de Broward... desde que salga de casa hasta que llegue allí habrán pasado 3 horas y media... imaginaos la odisea si tengo que empezar a trabajar a las 9 de la mañana.

Creo que la voy a anular.

Este güiquén estuvimos en Gainesville, visitando a Melanie y Charlie, que son amigos de mi ActionMan desde hace mucho tiempo y a quienes él no veía desde hacía lo menos ocho meses (y yo desde mayo del 2001). Como era el segundo cumpleaños de su hijo Aidan, y como hace cinco semanas nació Phoebe (qué bien, ya tienen la parejita), pues decidimos pasar el puente con ellos.

Para ello mi ActionMan estuvo conduciendo toda la tarde del viernes y un par de horas del sábado por la mañana, y pasamos noche en un hotel cutrísimo de Kissimee, una ciudad horrorosa a las puertas de DisneyWorld... como era el fin de semana de San Valentín y de President's Day, la gente acudió como loca a DisneyWorld y los hoteles estaban repletos... sólo conseguimos esta habtación porque la luz del dormitorio no funcionaba... ¡¡¡y la tele tampoco!!! y eso, en los USA, es imperdonable... pero bueno, la conseguimos baratita y nos alumbramos con la del baño.

Gainesville es una pequeña ciudad universitaria, con un centro urbano bastante vivo (por los estudiantes) y un distrito histórico precioso en el que las calles siguen el mismo sistema de cuadrícula de Miami, pero aquí son estrechitas, y las casas son de madera, de dos plantas, y están a un par de metros de la acera, y tienen porches y balcones y balaustradas de madera, y están entre palmeras y robles inmensos de cuyas ramas cuelga Spanish moss... La casa de Charlie y Melanie se construyó en 1887, y es de las normalitas (pero aún así es maravillosa).

Cuando llegamos a Gainesville estaba lloviendo -llovió todo el sábado- y hacía frío y yo me puse loco de alegría de tener un poquito de invierno... salí a pasear con mi paraguas y disfruté como un enano andando de noche por las calles tranquilísimas, viendo como caía el agua entre el musgo y las ramas de los robles...

En estos días de puente en Gainesville me lo he pasado bien, he dormido como hacía semanas que no dormía, he jugado con Aidan y he acariciado hasta la extenuación (la mía) a las tres perras de Melanie; anoche, sin embargo, no pude dormir hasta tarde y tuve una minidiscusión con mi ActionMan sin más consecuencias que el volverme a sentir depre (como si fuera poco).

Antes de acostarnos le dije que todavía está a tiempo de elegir alguien mejor...

Mi ActionMan se empeñó hace unas cuantas semanas en que necesitábamos una terapia de pareja para saber afrontar, en nuestra relación, estos momentos difíciles por los que pasamos (inmigración, depresión, etc)... así que desde hace tres semanas vamos al departamento de psicología de la Universidad Internacional de Florida (FIU) donde el doctor Robertson lleva "nuestro caso" gratis total (porque mi ActionMan está estudiando alí unos cursos de profesorado). El caso es que el campus está allá a tomar por culo (en la calle 8 con la 120... lejísimos) y después de nuestra therapy solemos ir a cenar fuera. Ayer pensábamos ir al Restaurante Exquisito (en la calle 8 con la 15), uno de los mejores restaurantes cubanos de Little Havana, al que hacía mucho tiempo que no íbamos (desde que descubrimos el Yambo -nicaragüense- hemos ido allí a menudo, pero hemos dejado el Exquisito de lado), así que decidimos ir... pero el tráfico era tan sumamente malo que, allá por la 71, decidimos dar la vuelta en uno de los malls de la calle 8 y volver a casa... y, ¿qué es lo primero que vemos en este mall nada más entrar en el parking lot? "El gallego, restaurante español". Nos pareció divertidísimo lo de haber ido a parar justo por alí y decidimos que el hambre es el hambre y que si había un restaurante español al lado lo teníamos que probar.

El restaurante en sí es de lo más español, pero en plan cutre... el típico restaurante que te encontrabas en la España turísitica de los 70... aparte, las paredes estaban cubiertas de carteles de turismo... Benidorm, Galicia, La Coruña... pero muy setenteros (¡o incluso sesenteros!)... yo, que andaba con el día depre, tuve un subidón al ver lo gracioso que era el sitio y me empecé a reir de todo, porque era como estar en una película de Alfredo Landa.

En fin, que tomamos asiento, nos pasan el menú y escogemos (pulpo a feira, callos a la gallega, chorizo al vino y patatas bravas... ninguno de ellos a la altura de lo que esperábamos, por cierto) y, de repente miro hacia mi ActionMan y se me quedan los ojos abiertos como platos, como si hubiese visto un fantasma... encima de él había tres platos de estos de porcelana mala, de souvenir... uno de los de abajo, parejita de gallegos en traje regional, "Recuerdo de Galicia"; al lado, mapa de Galicia con la bandera incrustada, horreo, zuecos, botafumeiro, parejita de gallegos en actitud cariñosa, "Recuerdo de Galicia", y entre los dos, más alto... ¡¡¡FRANCO!!! Me quedé de piedra porque era, realmente, como estar en otro siglo!!

Pero en fin, que nos lo tomamos con mucho humor, a mí me dio la risa tonta y la poca concurrencia del restaurante se me quedó mirando como a un bicho raro... la comida, ya lo he dicho, mala, pero es el sitio al que traeré a GiJoe el día que me venga a visitar a Miami, porque sé que le va a encantar darle vuelta a lamáquina del tiempo y aparecer de repente en el Benidorm de los años 60.

...y me paso horas y horas acostado, con los ojos abiertos, pensando en nada, viendo nada, con la mente en blanco; y al despertarme un par de horas después, en lugar de abrir los ojos y pensar en lo que me va a ofrecer el nuevo día, se me queda la mente en blanco, y me paso un rato largo en la cama, sin pensar en nada, viendo lo mismo de todos los días.

Hoy, ayer y antesdeayer, por ejemplo.

¿será malo, doctor?

Todos los niños suspendidos por no haber hecho los deberes, hala.

Por otro lado estoy yo restableciéndome del finde (la llorera que me dio en el cine y no me paró hasta una hora después de llegar a casa) y preparándome para el que viene, en que nos vamos a Gainesville (allá por el medio norte del estado...) para ver de nuevo a mis amigos Charlie y Melanie y conocer al ahijado de mi ActionMan, Aidan, y su hermanita Phoebe, que acaba de nacer...

¿Algo más?... pues no sé, porque las depresioner paso total de contarlas (ya me aburren), así que no hay mucho que contar...

Aunque no escriba demasiado os leo a todos los de la lista (y a alguno más). La semana pasada guardé un par de gafas nuevas en el cajón, así que les podeis echar una ojeadilla... hasta pronto.

No es que quiera hacerle la competencia a “Las 5 del viernes”, pero llevaba un tiempo pensando hacer esto (salió una vez por casualidad... por cierto, que me temo que los deberes que hizo Cordelia se perdieron con BlogSpeak).

De todas maneras, creo que es la mejor manera de cerrar esta semana de recuerdos de infancia... me parece que mis comentarios no tienen límite de caracteres, por lo que pueden ser tan largas como querais, pero, estoy pensando en hacer una página similar a la de las gafas (la nueva en http://alejandromena.info/gafas/) así que me las podeis mandar por correo electrónico a mi geyperdirección (geyperman@wanadoo.es) y ya me encargo yo de hacerlas públicas, “como dios manda”, según me vayan llegando. Yo creo que tendreis tiempo suficiente para hacerlos... pero de todas maneras yo creo que seré bueno y os dejaré que me entregueis los deberes más tarde... ¡teneis toda la semana! Sí que podeis tomaros vuestro tiempo en el ordenador, y una vez escrita la redacción, mandármela...

Si quereis mandarlo como coment, también podeis, y yo los pondré luego en la página buena, pero en fin, que eso os obligaría a estar conectados todo el rato y no lo veo yo... por cierto, si le quereis echar un vistazo a la página de deberes: http://alejandromena.info/deberes/ (aunque ya le he puesto eun enlace a la derecha)



NOTA: como recibo tanto SPAM en mi correo, porfa, en el tema poner DEBERES o algo referente a esto... lo digo por si hay direcciones que no conozco.

Y espero que seis aplicaditos y hagais vuestros deberes

¡y también los niños que se acuerden de los madelman policia montada del Canada, del hombre-rana y del esquimal!
Lo dicho, a ver qué me decís

Sigo con rebajas en la sección de “recuerdos de infancia”... de repente se ha abierto la trampilla que los guardaba y salen todos de golpe, empujándose los unos a otros, como los niños a la salida del colegio.

Una de las cosas que recuerdo de aquellos años son... los apagones. Por supuesto, las instalaciones eléctricas en la España de los 70 debían dejar mucho que desear, porque cada vez que había una tormenta, había apagón en el barrio. (Eso sí, la verdad es que pocas tormentas -de las de “aparato electrico”- recuerdo yo en mi adultez, pero no creo que la razón por la que no haya más apagones sea el cambio climático.)

Recuerdo las tardes de tormenta en casa, en invierno, estando los cuatro hermanos con mi abuela, cuando de repente, y más o menos al resplandor de un rayo, ¡zas!, apagón. A nosotros cuatro nos gustaban las tormentas con apagón porque no podíamos hacer nuestros deberes y nos íbamos a la cocina y mirábamos, agolpados frente a la ventana, lo fuerte que llovía, y lo distinto que era el barrio a oscuras... ¡qué miedo! Y porque intentábamos averiguar lo lejos o cerca que habían caído los distintos rayos... uno-uno, uno-dos, uno-tres, uno-cuatro... ¡uy, qué creca ha estado ese! También nos gustaban los apagones porque se creaba un momento casi mágico... podíamos encender las velas y llevarlas por toda la casa (en casa de mis padres, siempre había, en la alacena, una serie de botellas de cerveza o de cocacola con una vela medio usada encajada en la boca y, aparte, un paquete de velas nuevas), que parecía otra con los resplandores naranjas y las sombras que se movían caprichosamente, como en una película de miedo, y porque podíamos llamar a nuestros amigos por teléfono y escuchar los truenos por el auricular con un par de segundos de atraso.

Pero lo que realmente nos gustaba de los apagones en las tardes de tormenta era estar con la Yeya, nuestra abuela.

La Yeya se sentaba en la cocina, en una banqueta, y nos hacía sentar alrededor de ella, y nos contaba las historias de cuando ella era pequeña, y de que las tormentas le daban mucho miedo, y entonces nos contaba la historia del guardia civil del acuartelamiento (ella era hija de uno y pasó su infancia yendo de un cuartel a otro) al que le cayó un rayo encima, o la de el señor de Torrejón al que le pilló otro cuando huía de la lluvia con su mula... eso a nosotros nos daba mucho miedo, pero nunca nos marcó mucho porque creo que a todos todavía nos encantan las tormentas. Otras veces nos contaba historias de miedo, que se prestaban mucho en el momento...

Pero las más de las veces jugábamos, en la cocina, a los juegos que ella nos enseñaba y a los que jugaba cuando era pequeña, 60 años antes... (Amagar y no dar, que ha venido el tío Blas... Mirad p’arriba, que caen judías, mirad p’abajo, que caen garbanzos... Estaba la reina en su gabinete, vino Gil, apagó el candil... yo que sé, la verdad es que me he olvidado de casi todo) y nos asaba castañas, o las cocía con anis... o medio-quemábamos un trozo de pan sobre el fuego (de butano... definitivamente, no era lo mismo) y luego lo restregábamos con ajo y le echábamos un chorreón de aceite... otras veces, si le había pillado haciendo la cena, le ayudábamos a dar forma a las croquetas... imagino que haría muchas más cosas pero yo, como la recuerdo cocinando, es haciendo croquetas.

Y era curioso que en estas tardes de tormenta estábamos siempre solos con la Yeya. Imagino que mi madre habría salido de compras, o era jueves y estaba en las reuniones quinielísticas con las amigas (aunque no tenían ni idea de fútbol, se juntaban diez amigas cada jueves a hacer una quiniela y a ponerse tibias de café, pastitas y sandwiches)...

Cuando me mude a mi primer apartamento, en el que nunca hubo un simple apagón, tuve mucho cuidado en guardar velas en un cajón de fácil acceso, y cerillas a mano, en un par de sitios estratégicos, para encontrarlas sin problemas. Pero no las pude usar más que en algunas fiestas que di en casa. No eran, desde luego, los años de los apagones.

Este email viene un poco traído por el de ayer... estuve recordando cosas de mi infancia, y bueno, tal vez la mía en particular fuera un poco más solitaria, pero lo que recuerdo del barrio, de todos los niños del bloque, es algo que siempre recordaré como algo maravilloso.

Yo siempre fui bastante solitario... me podía pasar horas solo, dibujando, leyendo, jugando con mis juguetes... tenía mucha imaginación y me montaba unas historias rarísimas con mis muñecos, mis indios y vaqueros, mis madelmanes o con lo que fuera, y bueno, me temo que no necesitaba de mucho más... también pasaba bastante tiempo con mi vecina Silvia, que había nacido una semana antes que yo, y a veces parecíamos inseparables... le hacía recortables (familias enteras), con sus vestidos, sus muebles, sus camas (en las que la sabana de arriba se podía levantar para acostar a los muñecos), cunas, armarios (que se abrían realmente y dentro podía meter la ropa...)... todo en dos dimensiones. Y más tarde le hacía muebles tridimensionales usando cajas de medicinas y trozos de cartulina...

Pero no siempre estaba solo. Al tratarse de un barrio de nueva construcción, todos los matrimonios tenían más o menos la misma edad y todos los hijos nacimos entre el 63 y el 72... así que todos los niños del bloque éramos amigos y nos pasábamos horas en la calle... lo típico: el escondite, el escondite inglés, el centro (dos chicos en los extremos lanzando una pelota a todo el grupo de niños entre ellos dos y había que evitar que la pelota te diera porque si no te eliminaba... ¿cómo llamabais vosotrosa este juego?), a esconder tesoros (que eran fotos o cromos que enterrábamos bajo un trozo de cristal roto junto a la pared del mercado... si alguien se enfadaba contigo, te quitaba tu tesoro y se armaba una buena...), al burro, al "corre, corre, que te pillo"... y lo bueno era que lo hacíamos todos juntos, los mayores y los pequeños (las niñas a veces se separaban y jugaban a la comba, a dubles, a la goma, a las cocinitas... aunque algunas veces algunos niños jugábamos con ellas... yo creo que era, por supuesto, de los que más jugaban a las cocinitas, machacando hojas de adelfa que eran plátanos y ladrillos que eran pimentón).

Otra cosa que recuerdo era que los niños del barrio formábamos "clanes", y no podíamos ser amigos de los niños de otros bloques... es más, nos peleábamos con ellos y nos tirábamos piedras y demás (a mí me partieron una ceja de una pedrada). Junto al mercado había una especie de altillo que llamábamos "el castillo" y lo defendíamos de los niños de otros bloques (como nuestro bloque estaba frente al mercado, considerábamos que "el castillo" era nuestro, porque no había otros bloques más cerca de él... )

Y una cosa que recuerdo bien era que en verano nos podíamos quedar jugando hasta las 12 de la noche o incluso más tade... generalmente al centro, en el aparcamiento enfrente de casa...

Pero claro, todos crecemos y poco a poco los niños del bloque empezaron a ennoviarse con niñas de otros bloques, y los mayores dejaron de jugar con los pequeños... hasta que llegó un tiempo en el que no había niños que jugasen delante del bloque, sólamente, y de vez en cuando, los primos pequeños de alguien que venían de visita... y el muro de enfrente de casa dejó de ser un lugar de juegos para convertirse en un jardín seco y feísimo cuidado por alguno de los padres retirados de los niños del bloque que pasamos de ser amigos a ser conocidos, a saludarnos por la calle y hablar de vez en cuando de cosas de adultos... trabajo, novias (yo no), etc... en el entierro de Pili, en verano del 2000, me acuerdo que casi todos estábamos allí, y todos recordábamos las naranjas que nos daba desde el balcón de su casa... naranjas para todos, para los diez o doce niños que jugábamos frente a su casa... otra vez, las naranjas.

Acabo de hablar con mi madre por teléfono y me ha dado la noticia: se ha muerto Manín. Estaba en el hospital desde antes de nochebuena y anoche murió.

Era el amigo de toda la vida de mi hermano J., pasaron toda su infancia juntos y eran inseparables. En cierta época de su vida se metió en drogas y, en una de esas, compartió aguja con el menos indicado. Aún así para mi hermano era su amigo y se veían a menudo, y como él no se atrevía a visitar a los niños cuando nacieron, J. se los llevó a su casa para que les conociera.

De repente me han venido muchos recuerdos de cuando éramos pequeños, de cuando jugábamos en la calle junto a nuestro bloque y llamábamos a casa de Pili, que vivía en un primero, para que nos diera un vaso de agua, y ella nos daba naranjas partidas por la mitad. Ella quería mucho a Manín, y de hecho fue quien más le ayudó para que dejara la droga... ahora ninguno de los dos está ya entre nosotros, pero me queda (nos queda aún a todos los que fuimos niños en el barrio) su imagen en el recuerdo, y el sabor de las naranjas.