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miércoles, agosto 24, 2005

Y no nos dejes caer en la depresión, amén

No, si mal no estoy... descolocado simplemente.

Esta inactividad estival me sienta de pena y llevo una semana durmiendo a extrañas horas y poco (bueno, hoy no: me levanté a las 8 y luego de 11 a 3 de la tarde he estado durmiendo como un ceporro... pffffffffff!!!!).

Y no me apetece salir, ni comer, ni nada de nada... a saber.

Pero mal, lo que se dice mal, no estoy... desganado tal vez.
En HaloScan tengo estos y desde enetation (menos fiable, aunque ya no estoy seguro de nada en este mundo) tengo estos otros

martes, agosto 16, 2005

Católicos...

(Para completar este post or remito a mi fotolog)

Esta semana empezaron las celebraciones en Colonia de los días internacionales de la juventud católica (o algo parecido, que yo de esas cosas me entero poco y mal -más que nada por falta de atención-) y en la prensa francesa ha salido este anuncio tan apropiado. Obsérvese el atuendo típico del joven francés de buena familia católica... no muy diferente del español porque, en éstas como en otras muchas cosas, demuestran la poquita imaginación que poseen (porque los que tengan cierta edad, como yo, habrán observado lo poquísimo que han evolucionado las vestimentas pijas desde nuestros años hasta ahora... y si no, paseaos por el barrio de Salamanca).

Mr. L'Ours me llama desde Paris entre descojonado y horrorizado y me cuenta que hay una pareja francesa de buena familia católica, muy jóvenes y con tres críos pequeños, y que ella dice que "estas jornadas son perfectas para encontrar un marido que comparte tus mismos valores"... en fin, por la misma razón me iba yo a los bares de osos... y de paso follaba.
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sábado, agosto 13, 2005

Últimos recuerdos del "visitante" 

(ni que esto fuera la serie "V")

Ya hace tres días que FatOlie (ese milagroso hijo secreto de Margareth Rutherford y PC Plum) se fue de vuelta a Dundalk (Co. Meath, Irlanda) y yo estoy en la gloria... pero echo cosas en falta, como por ejemplo el olor de las patatas hervidas (en serio... cuatro días antes de irse fue al mercado y compró un bolsón de esos de patatas -acabo de ir a la cocina a comprobar: era de 3 kg...- ahora sólo quedan 600 gr y son las patatas más pequeñas), o la misteriosa aparición y desaparición de las barras de fuet (desde el sábado hasta el mismo momento de su ida cayeron dos, y yo no las toqué, de la misma manera que cayeron seis salchichas de esas gordas, muy gordas... y toda la mantequilla y la mermelada de fresa que tenía en casa), o el verle con una jarra diferente cada vez que bebía agua (por lo menos se encargaba de lavarlas él... ¡ah! y también el papel higiénico desaparecía mientras él estuvo aquí: tres rollos en siete días).

Pero sobre todo hay dos momentos que me gustaron de su estancia en Madrid:

1) el mercado de Salamanca. Creo que es lo único que le impactó al tipo, o por lo menos lo único con que ví que se le hacían la boca agua y los ojos chirivitas. Por alguna razón especial le fascinaban las pescaderías... (la verdad es que disfruto cuando un guiri se queda colgado con un mercado español). Bueno, el caso es que decidí que lo mejor para comer era hacernos unos buenos bocadillos de chorizo o salchichón y comerlos en un parque (y justo a tiempo me acordé de los Jardines de Calisto y Melibea), cosa que a él no le parecía hacer gracia pero en cuanto vio los guijuelos colgados en las carnicerías del mercado me dijo que sí, que sí, que bocadillo de chorizo. Allí yo también me porté, con mi media barra de pan divino y mis 150 de chorizo guijuelo... mmmmmmmmm!

2) La Virgen de las Comunicaciones. El domingo, ya que no hubo manera de levantarse pronto para ir al Rastro, decidí que iríamos de picnic al Retiro... llevé gazpacho en el termo -que no le gustó... mucho mejor para mí- y la manta impermeable para tirarnos en el césped, y allí estuvimos un par de horas junto al Palacio de Cristal (justo 6 años después de haber hecho lo mismo con Glen al día siguiente de conocernos... ¡menuda diferencia!). Él, ni que decir tiene, prefirió echarse al sol en lugar de a una bonita sombra, con su piel lechosa -la de mi "dios celta" Coleman era maravillosa, perfecta, sensual piel de marfil; la de FatOlie era más bien como la piel de un lechón... de ese sonrosadito terrible de los cochinillos colgados en la ventana-nevera de algunos restaurantes -.

A punto de dejar el parque me acordé de que mi amigo Jon (de "Jon y César") siempre presenta a sus amigos ingleses el edificio de Correos como "The Cathedral of Our Lady of the Communications" y de que todos ellos se lo creen al principio, así que le dije a FatOlie que si íbamos andando por otro lado le enseñaría la otra catedral de Madrid. "Otra, pero ¿cuántas tenéis?" me dijo, "Pues tres... la antigua de San Isidro, que es más bien una co-catedral, la Catedral Real de la Almudena que te enseñé el otro día (para reírnos de las horribles puertas de bronce y la estatua del Papa iniciando el vuelo, por supuesto -eso ya es todo un clásico en mí-), y las de Nuestra Señora de las Comunicaciones, que es la más popular"... Así que en el camino yo le iba contando un poco la fascinante historia de la Virgen de las Comunicaciones, algo así como que es la que te revela si tienes o no vocación y que, al mismo tiempo, es a la que acuden los madrileños cuando tienen que pedir por aquellos que están fuera de la ciudad -viajando o que se han ido de emigrantes- e incluso que hay un grupo de radicales que dice que a ella se acude para ponerse en comunicación con los seres queridos que ya murieron... Según nos acercábamos a la Catedral, FatOlie estaba muy impresionado al ver la torres... "El edificio es de principios del siglo XX y se hizo por suscripción popular..." seguía yo. Lo malo es que la cagué cuando habiendo cruzado Recoletos, justo junto a la verja de lo del Ejército, me eché a reír porque ya no podía más... pero justo que hasta ese momento se lo había creído todo -imagino que el haberle enseñado doscientas iglesias durante toda la semana ayudó...-. Si me hubiera contenido ahora le estaría hablando a sus amigos sobre la Catedral de la Virgen de las Cominicaciones...

En fin, que aprovecho para decir "¡hola!" a Jon y a César, que hace siglos que no les veo -bueno, y desde Junio desde que hablamos por última vez-.
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lunes, agosto 08, 2005

Si es que hay cosas que no se pueden hacer, y entre ellas es invitar a un "amigo" irlandés al que se conoce de casi nada a pasar una semana en mi casa.

Hace un par de semanas recibí un correo de éste chico, Oliver, diciendo que pensaba pasarse por Madrid una semana o así en sus vacaciones... yo, que de bueno me paso a tonto, le dije que qué tontería ir a un hotel y que se viniera a casa, que ya se lo ofrecí antes de venirme para acá y que la oferta seguía en pie. ¡En mala hora hablé! 30 horas después de su llegada le mandé un sms a Monsieur L'Ours diciéndole que no le aguantaba ni un minuto más... en fin, eso le pasa a uno por ser bueno, que si fuera malo, egoísta e interesado (¡qué coincidencia!¡como él! -pero qué malo soy, ahora mismo está leyendo enfrente de mí-) no le pasaría nada parecido.

Un ejemplo, el más tonto: después de cenar esta noche me ha pedido prestado un par de libros para leer un rato. Junto al sillón en que se ha sentado, hacia la derecha, tengo un mueble bajo donde está parte de mi colección de cristales, un poco más allá, a la izquierda, está la "mesita de centro" con bastante espacio para dejar lo que se quiera... ¿qué hace Fatty Olie? Por supuesto, empujar con el libro que no va a leer una pieza de cristal bastante valiosa para dejarlo allí... sólo con molestarse en levantar el culo diez centímetros lo podría haber dejado en la mesa.

En fin, yo me he reído y al preguntarme de qué, le he dicho algo así como que qué curioso, que yo soy el tipo de persona que hubiera buscado un sitio para no mover nada de lo que se sabe, o se supone, a lo que su dueño da mucho (tal vez demasiado, lo reconozco) valor... "how interesting", me dice, y sigue leyendo muy interesado en su historia... en fin, que se me ha ocurrido que como hace mucho que no publico nada en este blog, qué vergüenza, esto es perfecto para mi regreso... de hecho, pienso que analizar a Fatty Olie estos días puede llegar a ser muy fructífero para mi blog.

Ay, un bonito detalle... la primera noche me critica de manera bárbara e implacable a Brian, que estuvo aquí el Octubre pasado y se portó divinamente desde que vino hasta que se fue... en fin... que no quiero hablar, que si lo hago se me juntan las paredes unas con otras de vergüenza... quew no quiero hablar (¡¡¡pero me muero de ganas de hacerlo!!!).

(dias más tarde)

Bueno sí, voy a hablar... le llevé al Reina Sofía, al Prado, a Salamanca... Es desalentador ver que lo único que le impresionó de Salamanca fuera el mercado, que a lo único que prestó atención en estos museos fuera el Guernica, las Meninas y El Bosco... las ideas que él ya traía de lo que quería ver... vamos, es que ¡¡¡ni Goya!!!, bueno, ni Goya, ni Van Dyck, ni El Greco, ni nada de nada. ¿Por qué pelotas he tenido que perder el tiempo con semejante ser? Pasado mañana se va -¡por fin!- y no pienso ni acompañarle al metro... habrase visto, el bestia tragón y egoísta!

(uy, pues me siento más a gusto después de ponerlo a caldo...)
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